Catedral de Santa María, Tokio
11.45 h
Queridos jóvenes:
Gracias por venir, gracias por estar aquí. Ver y escuchar vuestra energía y entusiasmo me da alegría y me da esperanza. Les estoy agradecido por esto. También agradezco a Leonardo, Miki y Masako sus palabras de testimonio. Se necesita gran coraje y valentía para compartir lo que se lleva en el corazón como ustedes lo hicieron. Estoy seguro de que sus voces fueron eco de muchos de sus compañeros aquí presentes. ¡Gracias! Sé que en medio de ustedes hay jóvenes de otras nacionalidades, algunos de ellos buscan refugio. Aprendamos a construir juntos la sociedad que queremos para mañana.
Cuando los miro, puedo ver la diversidad cultural y religiosa de los jóvenes que viven en el Japón hoy, y también algo de la belleza que vuestra generación ofrece al futuro. La amistad entre ustedes, su