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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
AL FINAL DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA

Ariccia
Viernes 14 de marzo de 2014

 

Don Angelo, quiero darle las gracias en mi nombre y en nombre de todos nosotros por su ayuda en estos días, su acompañamiento, su escucha. Nosotros ahora volvemos a casa con una buena semilla: la semilla de la Palabra de Dios. Es una buena semilla. El Señor enviará la lluvia y esa semilla crecerá. Crecerá y dará fruto. Damos gracias al Señor por la semilla y por la lluvia que enviará, pero queremos agradecer también al sembrador. Porque usted ha sido el sembrador, y sabe hacerlo, sabe hacerlo. Porque usted, arroja por aquí, arroja por allá sin advertirlo —o haciendo como que no se da cuenta—, pero acierta, va al centro, da en el blanco. Gracias por esto. Y le pido que siga rezando por este «sindicato de creyentes» —todos somos pecadores, pero todos tenemos ganas de seguir a Jesús más de cerca, sin perder la esperanza en la promesa, y también sin perder el sentido del humor— y a veces saludarlos de lejos. Gracias, padre.

 

 



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