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DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS REPRESENTANTES DE LA ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS
CATÓLICOS DE BÉLGICA


Jueves 28 de junio de 1979

 

Señor Presidente,
señoras, señores:

La tradición que os conduce a traerme el fruto de "Etrennes pontificales", figura entre aquellas que honran a la Asociación de Periodistas católicos de Bélgica, aquí representada por vuestra delegación, a la Unión de Periódicos católicos de Bélgica que se le ha sumado, y —me atrevo a decir— al pueblo belga que responde tan generosamente a vuestra llamada.

La empresa que lleváis a cabo año tras año con éxito creciente, revela en primer término vuestra adhesión leal a la Sede de Pedro, una adhesión de la que no teméis dar testimonio en vuestra prensa y que constituye de hecho un ejemplo elocuente ante vuestros compatriotas. Ello me emociona mucho. La comunión de espíritu y corazón con el Papa; la solidaridad con él en las necesidades inmensas que se presentan a su caridad, son notas apreciables del espíritu católico.

Os felicito, pues, y os doy las gracias; y más allá de vuestras personas doy las gracias a los muchos donantes que han entrado en esta inmensa cadena de solidaridad por medio de su respuesta y su ofrenda. Les doy las gracias en nombre de todos los que se van a beneficiar de su generosidad; y ¡podéis imaginar hasta qué punto se apela a la caridad del Papa!

En cuanto a vosotros, hago votos por el cumplimiento de vuestra función de periodistas. Es una tarea dura, ¡he tomado mayor conciencia de ello durante mis recientes viajes! Os aliento a servir de este modo a la verdad y fraternidad, con el espíritu libre, respetuoso de las convicciones de los otros y, a la vez, seguro de vuestras propias convicciones de hombres y de cristianos.

Bendigo de todo corazón vuestras personas y familias y la gran familia de los que se han sumado a vuestra campaña de "Etrennes pontificales", cuyos intérpretes estáis aquí.

Me ha impresionado también la evocación delicada que habéis hecho de los lazos de amistad y solidaridad que se han ido tejiendo desde antigua fecha entre los hijos de Bélgica y los hijos de Polonia. Dios bendiga al pueblo belga.

 



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