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DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A UNA DELEGACIÓN DE LA UNIVERSIDAD JAGELLÓNICA
DE CRACOVIA


Lunes 11 de mayo de 1981

 

Al saludar a la delegación de la Universidad Jagellónica de Cracovia, quiero decir de nuevo que este día me es sumamente grato precisamente por la presencia de ustedes, por lo que ustedes representan y por las personas a quienes representan. A la Universidad Jagellónica yo solía llamarla plenamente convencido "Alma mater"; así es que vosotros representáis en cierto modo a esta "madre mía". Es una expresión metafórica y a la vez llena de significado auténtico. Responde a una gran realidad, una gran realidad espiritual, histórica, cultural. Os recibo como a enviados de esta "Alma mater" a la que estoy hondamente vinculado, a la que debo mucho de mi vida. Esta herencia que he traído conmigo y que llevo en mí a todos los sitios a donde me conduce mi servicio actual, mi misión actual.

Ruego a ustedes, señores, al decano, al profesor, al doctor, a usted que representa a los estudiantes de filosofía polaca y, por tanto, a mis compañeros más jóvenes, que se hagan intérpretes de mi inmensa gratitud ante el rector magnifico, el senado académico y todos los profesores, ante los estudiosos y los estudiantes. También les pido que sean intérpretes de mi vinculación con el gran centro académico de la Universidad Jagellónica y con Cracovia entera. Por otra parte, el hecho de que este encuentro tenga lugar el 11 de mayo que señala el 617 aniversario de fundación de la Universidad Jagellónica, lo reviste todavía de mayor elocuencia.

De nuevo les doy las gracias. Según había dicho anteriormente, repito ahora a la generación actual de nuestra "Alma mater" y a las generaciones por venir: También ellos pueden estar orgullosos de esta herencia, y les deseo sean fieles a este legado, porque éste será el mejor modo de construir los fundamentos del futuro de la nación y del Estado en todos los sectores, sectores cada vez más numerosos, y que patentizan la necesidad de dividir la vieja universidad en varios ateneos. No obstante esto, en la base de todos los sectores especializados hay una misma realidad unida esencialmente a la universidad, y es la realidad del servicio a la verdad y, en ésta, el servicio al bien del hombre y de la nación.

Os deseo de corazón la bendición de Dios sobre las diferentes actividades de la Universidad Jagellónica, de mi "Alma mater".

 


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