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MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
AL CARDENAL WALTER KASPER
CON OCASIÓN DE UN ENCUENTRO ECUMÉNICO

 

Al venerado hermano
Cardenal WALTER KASPER
Presidente del Consejo pontificio
para la promoción de la unidad de los cristianos

He sabido con satisfacción que la laudable iniciativa de convocar simposios intercristianos, iniciada en 1992 por el Instituto franciscano de espiritualidad, en el Ateneo pontificio Antonianum de Roma, y por la facultad de teología de la Universidad Aristotile de Tesalónica, de la Iglesia ortodoxa de Grecia, sigue brindando ocasiones de encuentro e intercambio. En efecto, en Janina, en Epiro, se celebrará, del 3 al 7 de septiembre de este año, otro congreso sobre el tema:  "La relación entre la espiritualidad y el dogma cristiano en Oriente y en Occidente". En él la reflexión versará sobre un aspecto que alimenta el diálogo teológico entre los católicos y los ortodoxos. Le encomiendo a usted, señor cardenal, el encargo de transmitir mi saludo cordial a los organizadores y a los participantes.

Después de afrontar temas importantes como la oración y la contemplación, la espiritualidad del monacato, la dimensión eclesial de la espiritualidad, y otros más, este nuevo simposio tratará, como ya indica el tema, sobre la contribución que la espiritualidad aporta a la doctrina, alimentando su desarrollo y profundización. En efecto, la espiritualidad, al influir en las disposiciones del alma y del corazón, crea el marco psicológico adecuado en el que se puede entablar el diálogo de modo abierto y confiado. Esto resulta particularmente importante cuando los católicos y los ortodoxos afrontan cuestiones y problemáticas que aún los dividen.

Renuevo de buen grado mi estímulo a los esfuerzos comunes del Ateneo Antonianum de Roma y de la Facultad de teología de Tesalónica, encaminados a mostrar la convergencia de los cristianos ortodoxos y católicos en la adhesión a la verdad revelada. Me complace el apoyo que ha dado a la iniciativa el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos. En efecto, la búsqueda de una comunión más profunda entre el Oriente y el Occidente cristianos no debe limitarse a los contactos oficiales y a las iniciativas tomadas al más alto nivel. El conocimiento y la comprensión recíprocos se ven favorecidos por acontecimientos como el programado, en el que están implicados los diversos ámbitos de la vida eclesial y, en particular, los académicos y formativos. Así, se promueve de manera concreta el espíritu de apertura y escucha que tanto favorece el progreso a lo largo del camino que esperamos conduzca pronto a la comunión plena.

Deseando que tenga éxito el simposio de Janina, saludo fraternalmente al metropolita de esa ciudad, su excelencia Teóclitos, que lo acoge. La bondad del Señor nos ha permitido entablar en estos últimos tiempos relaciones más intensas y provechosas. A la vez que elevo una ferviente acción de gracias al Señor por este renovado signo de diálogo, invoco las abundantes bendiciones de Dios sobre cuantos han favorecido el encuentro y sobre los presentes en los trabajos.

Castelgandolfo, 28 de agosto de 2003, memoria de san Agustín de Hipona.

JUAN PABLO II



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