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DISCURSO DE SU SANTIDAD PABLO VI
AL SR. MICHAEL SANIGEAR WILLIAMS,
MINISTRO PLENIPOTENCIARIO DE GRAN BRETAÑA
ANTE LA SANTA SEDE

Martes 1 de junio de 1965

 

Señor Ministro:

Os brindamos una calida bienvenida, os agracemos por las gentiles palabras que Nos habéis dirigido y os aseguramos espontáneamente Nuestra confianza, benevolencia y fe en el cumplimiento de vuestra alta Misión.

Vuestra Excelencia se ha referido a los fines y propósitos que asocian la Gran Bretaña a esta Santa Sede, y Nos estamos seguros que vuestras actividades como Ministro de Su Majestad Británica harán posible las realizaciones de estos altos objetivos.

Os rogamos que tengáis la gentileza de presentar a Su Majestad la Reina Isabel y al Duque de Edimburgo la firme seguridad de Nuestras oraciones y mejores deseos hacia ellos, hacia la Familia Real y hacia el querido pueblo de Gran Bretaña. Agradecemos a Su Majestad por sus benévolos saludos y su cordial recuerdo de su visita a Nuestro Predecesor de feliz memoria, el Papa Juan.

Nos sentimos también altamente reconocidos por la mención que ha hecho Vuestra Excelencia del Concilio Ecuménico, aún en curso. Notamos con inmenso gozo el juicio positivo dado por un intérprete tan autorizado como es el Representante de Gran Bretaña, a las intenciones del Concilio con respecto a la promoción de la reunión de todos los cristianos. En efecto, esta es una de las grandes aspiraciones que orientan nuestro programa apostólico.

Nos sentiríamos complacidos y honrados si Vuestra Excelencia en el curso de su misión se hiciera testigo de la solicitud con la cual Nos tratamos de servir a una causa tan importante y si quisiera trasmitir a su Gobierno y al pueblo británico algo de la atenta preocupación, discreta y respetuosa al mismo tiempo, con la cual la Santa Sede favorece, para cuando Dios así lo disponga, la perfecta reconciliación entre la Iglesia Católica y la Iglesia de Inglaterra, guiada siempre por un doble amor : amor a las enseñanzas de Cristo y amor a la verdadera hermandad entre todos los cristianos.

Nos conmueve especialmente la referencia de Vuestra Excelencia al desarme internacional; y Nos renovamos el llamado que hicimos, durante Nuestra visita a la India, de que las enormes sumas de dinero usadas en armamentos, al menos en parte, sean empleadas para socorrer el hambre y la pobreza del mundo. Nos acogemos la decisión de vuestra noble Nación de trabajar también por este elevado propósito y en general por la causa vital de la paz del mundo.

Al comenzar vuestra Misión, Nos deseamos a Vuestra Excelencia toda clase de éxitos y de felicidades; y sobre vuestra augusta Soberana y el pueblo de Gran Bretaña, Nos invocamos las mejores gracias y bendiciones de Dios Todopoderoso.


*ORe (Buenos Aires), año XV, n°662 p.3.

 

 



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