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VÍDEO-CONEXIÓN CON LA ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL

COLOQUIO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
CON LOS ASTRONAUTAS

Sala «dei Foconi» del palacio apostólico
Sábado 21 de mayo de 2011

 

Queridos astronautas:

Me alegra mucho tener esta extraordinaria oportunidad de conversar con vosotros durante vuestra misión. Estoy especialmente agradecido por el hecho de poder hablar a un grupo tan numeroso, al estar presentes ambas tripulaciones en la estación espacial en este momento.

La humanidad experimenta un período de progreso extremadamente rápido en los campos del conocimiento científico y de las aplicaciones tecnológicas. En cierto sentido, sois nuestros representantes; guiáis la exploración, por parte de la humanidad, de nuevos espacios y posibilidades para nuestro futuro, yendo más allá de los límites de nuestra existencia cotidiana.

Todos admiramos verdaderamente vuestra valentía, igual que la disciplina y la dedicación con la que os habéis preparado para esta misión. Estamos convencidos de que os inspiran nobles ideales y de que buscáis poner los resultados de vuestra investigación y esfuerzos a disposición de toda la humanidad y del bien común.

Esta conversación me brinda la oportunidad de expresar mi admiración personal y aprecio a vosotros y a cuantos colaboran para que vuestra misión sea posible, y de unir mi sincero aliento para que llegue a una conclusión segura y exitosa.

Pero esto es una conversación, así que no debo ser el único que hable.

Me interesa mucho oír vuestras experiencias y reflexiones.

Si lo permitís, quisiera haceros algunas preguntas.

 

[Continuó el siguiente coloquio en lengua inglesa. Sólo la última pregunta se hizo en italiano]

 

Primera pregunta
Desde la estación espacial tenéis una perspectiva muy diferente de la Tierra. Sobrevoláis distintos continentes y naciones varias veces al día. Pienso que debe ser obvio para vosotros que todos vivimos juntos en un único planeta y lo absurdo que es que luchemos y nos matemos unos a otros. Sé que la esposa de Mark Kelly fue víctima de una grave agresión y confío en que su salud siga mejorando. Cuando contempláis la Tierra desde lo alto, ¿os preguntáis sobre la forma en la que naciones y pueblos viven juntos aquí abajo, o acerca de cómo puede la ciencia contribuir a la causa de la paz?

R. – (Mark Kelly, EE UU)
«Gracias por sus amables palabras, Santidad, y gracias por haber mencionado a mi esposa Gabby. Es una pregunta óptima. Sobrevolamos casi toda la Tierra y no se ven fronteras; pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que las personas combaten unas contra otras y de que existe mucha violencia en el mundo. Habitualmente las personas luchan por muchas cosas distintas, como podemos ver ahora en Oriente Medio. Habitualmente la gente lucha por los recursos. Es interesante que en la Tierra la gente combata por la energía, mientras que en el espacio utilizamos la energía solar y baterías de combustible. La ciencia y la tecnología que tenemos en la estación espacial sirven para desarrollar una capacidad de energía solar a fin de proveernos de una cantidad de energía ilimitada. Si se lograran adoptar tecnologías semejantes en la Tierra, tal vez podríamos reducir un poco esa violencia».

Segunda pregunta
Uno de los temas sobre los que vuelvo a menudo en mis discursos se refiere a la responsabilidad que todos tenemos por el futuro de nuestro planeta. Me remito a los graves riesgos que se presentan para el medio ambiente y la supervivencia de las generaciones futuras. Los científicos nos dicen que debemos ser cuidadosos y, desde un punto de vista ético, debemos desarrollar también nuestra conciencia. Desde vuestro extraordinario punto de observación, ¿cómo veis la situación en la Tierra? ¿Veis signos o fenómenos ante los cuales necesitamos estar más atentos?

R. – (Ron Garan, EE UU)
«Santidad, verdaderamente es un punto de observación privilegiado. Es un gran honor hablar con usted, y tiene razón en que desde aquí se disfruta de un extraordinario punto de observación. Por un lado podemos ver cuán indescriptiblemente bello es nuestro planeta; por otro, podemos comprender lo extremadamente frágil que es. La atmósfera, por ejemplo, si se contempla desde el espacio, es sutil como una hoja de papel. Y da que pensar el hecho de que este estrato tan sutil es lo que separa a cada ser vivo del vacío del espacio, y es todo lo que nos protege. Nos parece increíble observar la Tierra suspendida en la oscuridad del espacio y pensar que nosotros estamos aquí, juntos, viajando a través del universo en este bello y frágil oasis. Y nos llena de esperanza pensar que todos nosotros, a bordo de esta increíble estación orbital, construida gracias a la asociación internacional de muchas naciones, realizamos esta sorprendente empresa. Ello demuestra que trabajando juntos y cooperando podemos superar muchos de los problemas de nuestro planeta y resolver muchos de los desafíos que sus habitantes deben afrontar. Y es un lugar bellísimo para trabajar y observar nuestro bellísimo trabajo».

Tercera pregunta
La experiencia que estáis viviendo ahora mismo es extraordinaria y muy importante, aunque al final volveréis a la Tierra como cualquiera de nosotros. Cuando regreséis, se os admirará mucho y se os tratará como a héroes que hablan y actúan con autoridad. Se os invitará a contar vuestras experiencias. ¿Cuáles serán los mensajes más importantes que desearíais transmitir, especialmente a los jóvenes, que vivirán en un mundo profundamente influenciado por vuestras experiencias y descubrimientos?

R. – (Mike Finchke, EE UU)
«Santidad, como han dicho mis colegas, podemos mirar hacia abajo y ver nuestro bello planeta, que ha sido creado por Dios, y es el planeta más bello de todo el sistema solar. Sin embargo, si miramos hacia lo alto, podemos contemplar el resto del universo. Y el resto del universo está ahí para que lo exploremos. La Estación espacial internacional es sólo un símbolo, un ejemplo de lo que pueden hacer los seres humanos cuando trabajan juntos de manera constructiva. Por lo tanto, uno de nuestros mensajes más importantes es hacer saber a los hijos del planeta, a los jóvenes, que existe todo un universo por explorar y que si nos empeñamos juntos no hay nada que no podamos hacer».

Cuarta pregunta
La exploración espacial es una aventura científica fascinante. Sé que habéis estado instalando nuevos equipos para una ulterior investigación científica y el estudio de la radiación que llega del espacio exterior. Pero pienso que se trata también de una aventura del espíritu humano, un poderoso estímulo para reflexionar sobre los orígenes y el destino del universo y de la humanidad. Los creyentes a menudo contemplan el espacio ilimitado del cielo y, meditando en el Creador de todo ello, se sobrecogen por el misterio de su grandeza. Es la razón de que la medalla que di a Roberto (Vittori), como signo de mi participación en vuestra misión, represente la creación del hombre, como la pintó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. En medio de vuestro intenso trabajo e investigación, ¿os detenéis alguna vez a reflexionar así?, ¿tal vez incluso a rezar al Creador? ¿O sería más fácil para vosotros pensar en estas cosas cuando hayáis regresado a la Tierra?

R. – (Roberto Vittori, Italia)
«Santidad, el trabajo de astronauta es muy intenso. Tenemos todos la posibilidad de mirar hacia fuera. Cuando llega la noche podemos mirar hacia abajo, hacia nuestro planeta, el planeta azul. Es bellísimo. El azul es el color de nuestro planeta; azul es el color del cielo; azul es el color de la aeronáutica italiana, que me ha dado la oportunidad de unirme a la Agencia espacial europea. Hemos conseguido ver la belleza tridimensional de nuestro planeta. Rezo por mí, por nuestras familias, por nuestro futuro. He traído conmigo esta medalla para demostrar la falta de gravedad. Le agradezco esta oportunidad; y ahora haré que oscile hacia mi colega y amigo Paolo. La he traído al espacio conmigo y la llevaré abajo para dársela a usted».

Quinta pregunta
Mi última pregunta es para Paolo (Nespoli). Querido Paolo: sé que en los días pasados tu madre ha muerto y que, cuando en pocos días vuelvas a casa, no volverás a encontrarla esperándote. Todos hemos estado cerca de ti; también yo he orado por ella... ¿Cómo has vivido este tiempo de dolor? En vuestra estación, ¿os sentís lejos y aislados y sufrís una sensación de separación, u os sentís unidos entre vosotros y dentro de una comunidad que os acompaña con atención y afecto?

R. – (Paolo Nespoli, Italia)
«Santo Padre, he sentido sus oraciones, vuestras oraciones, llegar hasta aquí: es verdad, estamos fuera de este mundo, orbitamos en torno a la Tierra y tenemos un punto privilegiado para contemplar la Tierra y para percibir todo lo que nos rodea. Mis colegas aquí, a bordo de la Estación —Dimitri, Kelly, Ron, Alexander y Andrei— han estado cerca de mí en este momento importante, muy intenso, igual que mis hermanos, mis hermanas, mis tías, mis primos, mis familiares estuvieron cerca de mi madre en sus últimos momentos. Estoy agradecido por todo esto. Me he sentido lejos pero también muy cerca, y ciertamente el pensamiento de sentiros a todos cerca de mí, unidos en este momento, ha sido de extremo consuelo. Doy las gracias también a la Agencia espacial europea y a la Agencia especial americana porque han puesto a disposición los recursos a fin de que pudiera hablar con ella en los últimos momentos».

Al término, Benedicto XVI deseó pleno éxito a la misión e impartió la bendición apostólica.

Queridos astronautas:

Os agradezco de corazón esta maravillosa oportunidad de encuentro y diálogo con vosotros. Me habéis ayudado a mí y a otras muchas personas, a reflexionar juntos sobre importantes temas que afectan al futuro de la humanidad. Os expreso mis mejores deseos para vuestro trabajo y el éxito de vuestra gran misión al servicio de la ciencia, de la colaboración internacional, del auténtico progreso y en favor de la paz en el mundo. Continuaré siguiéndoos con mi pensamiento y oración, y de buen grado os imparto mi bendición apostólica.



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