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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LAS DELEGACIONES DE PARLAMENTARIOS DE LA REPÚBLICA CHECA Y DE ESLOVAQUIA,
CON MOTIVO DEL 1150 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE SAN CIRILO

Viernes, 22 de marzo de 2019

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Honorables señoras y señores:

Me complace recibiros con motivo del mil ciento cincuenta aniversario de la muerte de San Cirilo, cuya misión, junto con la de San Metodio, ha marcado indeleblemente la historia, el arte y la cultura de vuestros países. Este importante aniversario es una ocasión propicia para profundizar las riquezas espirituales y culturales heredadas de los dos hermanos de Tesalónica que son un patrimonio moral para custodiar y valorizar cada vez más. Vuestra historia enseña que el cristianismo siempre ha sido la fuente de esperanza y la fuerza de la recuperación, especialmente en los períodos más oscuros y difíciles.

La traducción de la Biblia al antiguo idioma eslavo fue un don tanto para la vida religiosa como para el desarrollo cultural de vuestras tierras. Los santos Cirilo y Metodio, además del acceso directo a las Sagradas Escrituras en el idioma local, también aportaron el llamado alfabeto eslavo. Por lo tanto, el mensaje bíblico-cristiano desempeñó un papel clave en el nacimiento del estado jurídico tanto en vuestros países como en los estados cercanos a vosotros. En el cristianismo, anunciado mediante la predicación y la celebración de la liturgia, tuvo lugar el momento crucial de vuestra sociedad.

La vasta obra de evangelización, realizada con ardor apostólico por San Cirilo y su santo hermano en vuestras tierras, constituye un modelo de inculturación que todavía es válido en sus elementos esenciales. El Evangelio, en efecto, no debilita lo que es auténtico en las diferentes culturas locales, sino que ayuda a las personas y comunidades a reconocer y realizar el bien, la verdad y la belleza. Por lo tanto, como representantes del pueblo en las Instituciones, estáis llamados a redescubrir el vínculo intrínseco entre el Evangelio y vuestra identidad cultural, reevaluando vuestras raíces cristianas para construir una sociedad en la que haya una aceptación mutua y una solidaridad recíproca. San Cirilo supo tejer relaciones de conocimiento y cordialidad entre los pueblos, convirtiéndose en el eslabón entre diferentes culturas y tradiciones eclesiales.

Espero que una herencia espiritual y cultural tan significativa suscite en todos vuestros conciudadanos el deseo de encuentro y apertura hacia los demás. Se trata de saber convivir en la diversidad, a través del diálogo, compartir, construir puentes y derribar las barreras de la desconfianza y los prejuicios. Con estas actitudes nos convertimos en testigos de la solidaridad y artífices de la paz. Os deseo que todos los días, a través de vuestra importante función pública, seáis protagonistas de la fraternidad, promotores claros e irreprochables del bien común, para ofrecer esperanza a quienes os han elegido para una tarea de tan alta responsabilidad.

¡Qué la Virgen María, tan venerada en vuestra tierra, os ayude con su protección maternal! Os pido que recéis por mí e invoco cordialmente la bendición del Señor para vuestros países y para todos vuestros propósitos de bien y progreso!


Boletín de la oficina de Prensa de la Santa Sede, 22 de marzo de 2019.

 


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