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JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Domingo 20 de marzo de 1988

 

Queridos hermanos y hermanas:

1. Hoy mi pensamiento se dirige hacia el santuario mariano de Marija Bistrica, uno de los más conocidos y frecuentados en Croacia. La localidad de Bistrica fue reconocida como parroquia ya el año 1334. En la iglesia, dedicada a los Santos Pedro y Pablo, se empezó a venerar, a partir de la primera mitad del 1500 una imagen en madera de la Virgen con el Niño Jesús.

Al principio la estatua se encontraba en una capilla de la parroquia, llamada Vinski Vrh, pero cuando, en 1545, los turcos invadieron la región, el párroco, para salvarla, la emparedó bajo el coro de la iglesia parroquial, y por prudencia no reveló a nadie el lugar. Poco después moría, y con él se enterró también el secreto del escondrijo de la Virgen.

El 16 de julio de 1684 fue encontrada nuevamente y a partir de entonces el culto comenzó a crecer de tal modo que en breve tiempo el lugar se convirtió en el centro del culto mariano de la región, y tal siguió siendo en los siglos sucesivos.

2. Cada vez que, a lo largo de la historia, el pueblo croata se ha encontrado en dificultades, se ha dirigido siempre con gran confianza a su querida Madre celestial.

En 1715 la Asamblea Nacional del pueblo croata decidió construir un gran altar "ex voto" en Bistrica, para demostrar la devoción del pueblo a la Virgen.

El obispo de Zagreb, mons. Jorge Branjug, amplió la iglesia de los Santos Pedro y Pablo, que ya se había quedado pequeña para albergar a los peregrinos, y la dedicó a la Virgen de la Nieve el 13 de julio de 1731: desde ese momento se convirtió en el santuario de la Virgen de Bistrica, y el mismo pueblo se llamó desde entonces Marija Bistrica.

El Papa Pío XI, en 1923, concedió a la iglesia de Marija Bistrica el titulo de "basílica menor". La Conferencia Episcopal en 1971 la declaró santuario nacional.

Ciertamente existen también en Yugoslavia otros santuarios, que no es posible mencionar uno por uno. He aquí algunos: en Eslovenia, Brezje, Ptujska Gora y Sweta Gora; en Dalmacia, Tersato y Sinj; en Bosnia y Herzegovina, Olovo, Hrasno y Siroki Brijeg; en Eslavonia, Tekije y Aljimas.

3. Quiero concluir este breve recuerdo del santuario más conocido de la Virgen Santísima en Croacia con las palabras, pronunciadas durante la peregrinación votiva de Zagreb en 1935, por el entonces arzobispo coadjutor, posteriormente cardenal, mons. Stepinac. Dijo, dirigiéndose a la Virgen: "Prometemos que te seremos fieles a Ti y a tus sinceros admiradores. Fieles mientras se oiga el murmullo de nuestros arroyos, el rumor de nuestros ríos, mientras espume nuestro mar; fieles mientras sean verdes nuestros prados, permanezcan dorados nuestros campos, mientras haya sombra en nuestros bosques, mientras se sienta el perfume de las flores de nuestra patria".

Cantan los peregrinos: Virgen, Madre de Bistrica, ruega por nosotros. Somos peregrinos tuyos, bendícenos a nosotros y a nuestros seres queridos. ¡Reina de los croatas: Ruega por nosotros!



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