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CARTA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
CON LA QUE NOMBRA AL CARD. AGOSTINO CASAROLI
LEGADO PONTIFICIO PARA LAS CELEBRACIONES
EN HONOR DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
EN EL VIII CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

 

A nuestro venerable hermano,
cardenal Agostino Casaroli.
Salud y bendición apostólica

El año 1982, ya próximo, con los diversos aniversarios de Santos y de Santas que caen en él, ofrece a la Iglesia y a algunas de sus comunidades numerosos motivos no sólo de íntima alegría, sino también de profunda reflexión y de renovación espiritual para las almas. Entre estos acontecimientos, hay dos que se presentan a nuestros ojos, en este momento, con particular realce: el VIII centenario del nacimiento, en esta tierra, de San Francisco de Asís, y el IV centenario del feliz tránsito al cielo de Santa Teresa de Ávila.

Los años jubilares que se celebran con este motivo serán inaugurados con especiales celebraciones en el mes de octubre: el primero en Italia, el segundo en España. Uno y otro tendrán un relieve genuinamente eclesial y gran resonancia externa, tanto por el esplendor litúrgico como por las significativas circunstancias; por eso, si hubiera sido posible, gustosamente habría presidido los sagrados ritos inaugurales, precediendo y hablando a los hermanos en el Episcopado, a los sacerdotes, religiosos y religiosas, así como a las falanges de fíeles que participarán en las celebraciones centenarias.

Sabemos que desde hace ya mucho tiempo en Asís, Umbría, se está preparando todo cuidadosa y sabiamente, sobre todo por parte de las familias franciscanas, que justamente se glorían de tener por fundador y ejemplo para imitar al Pobrecillo de Asís. De estas celebraciones y especialmente de las predicaciones y plegarias que se sucederán durante el año, esperan obtener un aumento de las vocaciones y un incremento de vida franciscana en toda la Iglesia.

A Asís, pues, se dirigen ahora mis pensamientos con la esperanza de que los frutos deseados de estas celebraciones en honor de San Francisco, reviertan abundantísimamente sobre toda la comunidad cristiana. Deseo, pues, enviar allá a una persona distinguida y de entre las más cercanas a mí, por eso te escogemos a ti, venerable hermano, designándote Legado Especial, para que el 3 y el 4 de octubre me representes plenamente en la apertura de este año franciscano. Harás mis veces, en mi ausencia, y hablarás a los participantes en sintonía con mis pensamientos y con el afecto de mi caridad fraterna.

Aunque de lejos, seguiré unido espiritualmente todos los acontecimientos de allí y pediré a Dios con fervor que los ritos y predicaciones en honor de San Francisco de Asís, a quien la gracia de Dios concedió ser semejante a Cristo en la pobreza y en la humildad, resulten muy beneficiosas, en los próximos meses, para todos los hijos e hijas de la Iglesia; de manera que, caminando sobre las huellas del Pobrecillo, puedan seguir al Hijo de Dios y unirse a El con amor jubiloso (cf. Oración en la fiesta de San Francisco de Asís).

Con esta deseada finalidad, a ti, venerable hermano nuestro, a los padres cardenales, a los arzobispos, obispos, sacerdotes, religiosos y fieles presentes en Asís durante las celebraciones de octubre, os imparto la bendición apostólica, prenda de mi amor y deseo de los divinos favores.

Castelgandolfo, 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, del año 1981, III de mi pontificado

IOANNES PAULUS PP. II



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