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MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LA VI ASAMBLEA PLENARIA DE LA FEDERACIÓN BÍBLICA CATÓLICA

 

Al reverendísimo
Mons. VINCENZO PAGLIA
Obispo de Terni-Narni-Amelia
Presidente de la Federación bíblica católica

Con ocasión de la VI asamblea plenaria de la Federación bíblica católica, que tendrá lugar en Beirut del 3 al 12 de septiembre de 2002, y cuyo tema es:  "Me enseñarás el sendero de la vida" (Sal 16, 11; cf. Hch 2, 28), saludo cordialmente a los delegados y participantes, y les aseguro mi cercanía en la oración durante estos días de trabajo y reflexión.

Del este y el oeste, del norte y el sur os habéis congregado para compartir vuestras experiencias y renovar vuestro compromiso en favor del apostolado bíblico bajo la guía del Espíritu Santo, con la convicción de que la palabra de Dios, la verdadera fuente de la vida, es una bendición para todas las naciones. La sede misma de vuestro encuentro es particularmente significativa:  el Líbano es uno de los lugares de la Biblia desde donde la Palabra, la realización de la promesa de bendición para todos los pueblos, comenzó su viaje por un mundo diversificado y pluralista.

Confiando en la fuerza y en el poder de la palabra de Dios, la Federación bíblica católica ha asumido la gran responsabilidad —que compete a toda la Iglesia— de hacer accesible la palabra divina a las personas en todas las partes del mundo, para que arraigue y crezca en su corazón. En efecto, "la Iglesia siempre ha venerado la sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo. (...) La Iglesia ha considerado siempre como suprema norma de su fe la Escritura unida a la Tradición" (Dei Verbum, 21).

Vuestro compromiso de promover una escucha renovada de la palabra de Dios, que es un elemento necesario de la nueva evangelización, refuerza también los vínculos de unidad que ya existen entre todos los cristianos. En el diálogo ecuménico las sagradas Escrituras "son un instrumento precioso en la mano poderosa de Dios para lograr la unidad que el Salvador muestra a todos los hombres" (Unitatis redintegratio, 21).

Ruego para que la VI asamblea plenaria de la Federación bíblica católica os ofrezca una provechosa oportunidad de evaluar lo que se ha realizado hasta ahora, y determinar lo que es necesario hacer aún para proclamar la palabra de Dios en un mundo que anhela la verdad.

Que el Espíritu Santo, el agente principal de nuestra misión, que enseña a la Iglesia, mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de la mente y permite a todos aceptar y creer en la verdad divina, guíe vuestro trabajo durante estos días.

En el amor de nuestro Señor Jesucristo, el Verbo hecho carne, os imparto a todos mi bendición apostólica.

Castelgandolfo, 30 de agosto de 2002

JUAN PABLO II



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