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PABLO VI

REGINA COELI

Domingo 23 de abril de 1978

 

¿De Aldo Moro?: Ninguna otra noticia más. Ayer hemos trepidado al cumplirse el plazo fijado por quienes anónimamente se han autoconstituido en jueces unilaterales y verdugos; y trepidamos todavía, a la vez que continuamos esperando y orando para que se ahorre a Roma, a Italia, al mundo, y sobre todo a la familia y a los amigos, la consumación del criminal delito anunciado. Esta espera nos permite seguir confiando. Mientras tanto sufrimos y oramos.

Y cumpliendo el deber, volvemos de nuevo a la premura de nuestras actividades de paz y de bien.

Entre estas actividades se destaca para nosotros Pastores y para el pueblo que tenga la doble sensibilidad de las cosas primarias y de la solidaridad espiritual ciudadana, la de dotar de nuevas iglesias, modestas y a la vez dignas de reunir a los fieles, a los barrios nuevos de la ciudad llamada Roma (y ¿quién no quiere figurar entre estos intérpretes auténticos de los deberes y derechos más altos e imprescindibles del espíritu?).

Sí, se trata de dar a nuestro pueblo las casas necesarias para la oración; para la unidad religiosa local y popular; para la manifestación de su fidelidad a la ciencia suma y verdadera de la vida, que es la religión, y para fortuna y responsabilidad nuestra, de la religión católica y romana.

Debemos saber, pues, y recordar que el domingo próximo, 30 de abril, se celebra en Roma la "Jornada de las nuevas iglesias". Damos el anuncio con anterioridad para que cada uno reflexione sobre este deber comunitario, ciudadano y diocesano: Roma tiene grande y urgente necesidad de estas nuevas iglesias, o sea, de edificios que son hogares del culto divino y del amor fraterno, que dan sentido tradicional y espiritual al propio barrio, y que constituyen centros incomparables de espiritualidad, de pedagogía ciudadana, de complemento insustituible de los otros centros: de enseñanza, asistencia, cívicos y recreativos de la ciudad.

Las nuevas iglesias son fruto de la concordia, solidaridad y progreso del pueblo consciente y bueno. Tienen necesidad de simpatía y generosidad, gran necesidad. Informaos en el Vicariato.

En virtud de nuestro título de Obispo vuestro, Obispo de Roma, os encomendamos esto, a la vez que lo encomendamos en nuestra oración común a María, Madre de la Iglesia.

 

 


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