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ALOCUCIÓN DEL SANTO PADRE PABLO VI
A LA ASOCIACIÓN CARDENAL FERRARI
Y A LA ESCUELA DE ARTE CRISTIANO "BEATO ANGÉLICO"


Sábado 21 de marzo de 1964

 

Brota de nuestro corazón con vibrante afecto un saludo especial para el numeroso grupo, para Nos tan querido, de la Asociación Cardenal Ferrari.

Los recuerdos siempre vivos e imborrables de nuestro ministerio episcopal en Milán hacen más sentido el gozo del presente encuentro y le dan un tono de intimidad familiar y serena; con gran satisfacción vemos los rostros de personas estimadas y conocidas que empeñan con honor y entrega a la buena causa los talentos de ingenio y corazón que el Señor les ha encomendado.

Con esta representación milanesa saludamos también, aquí presente, a una representación de los socios romanos de la Asociación Cardenal Ferrari.

Vemos, pues, con verdadero gozo cómo esta diversidad de procedencias y de atribuciones está ligada por una unidad superior en el nombre del grande y llorado obispo de Milán el cardenal Ferrari, que fue una viva llama de generosidad, de caridad y de celo, todavía encendida y alta sobre toda la archidiócesis e irradiándose también más allá, a través de las obras que en él tuvieron inspiración y aliento.

Nos mismo hemos sido testigos edificados y conmovidos de esta presencia viva del cardenal Ferrari en la memoria y en el corazón de los fieles; Nos mismo hemos observado que fue profundo y benéfico el surco abierto por él en la archidiócesis de Milán, hasta en las parroquias más lejanas y perdidas; y tratamos de continuar aquel surco, prolongar ese influjo, extender ese testimonio. Podéis comprender con qué sentimientos os recibimos a vosotros, que, viviendo en aquella luz de ejemplo estimulador de santas energías, habéis recogido fielmente su lección y tan bien la ponéis en práctica.

Os estamos agradecidos, queridos hijos e hijas, y os alentamos de corazón a continuar sobre este camino, que tan bien responde a las necesidades del mundo de hoy, ansioso e inseguro, pero sediento de la verdad y de la caridad de Cristo. Continuad consagrando vuestro tiempo y vuestras energías, en colaboración con la benemérita Compañía de San Pablo, para que el aliento apostólico del cardenal Ferrari continúe extendiéndose, benéfico y conquistador a la irradiación de la luz del Evangelio en el mundo de la cultura y del trabajo, entre los estudiantes y los profesionales por las conquistas silenciosas y tan meritorias de las obras de educación, de prevención y de redención social.

El Papa, que os conoce y os aprecia con paternal corazón, está cerca de vosotros con la oración y con el afecto y os alienta con su bendición.

Igualmente debemos saludo y bendición al grupo de los alumnos de la Escuela Superior de Arte Cristiano “Beato Angélico”, de Milán; también nos es grato, queridos hijos, aseguraros nuestro afectuoso recuerdo y nuestra benevolencia. Miramos con estima y veneración la memoria del llorado monseñor José Polvara, fundador de la Escuela y promotor de la renovación del arte cristiano en Italia, y la entrega que el querido y reverendo don Valerio Vigorelli con sus colaboradores os consagra Nos hace confiar en el bueno y siempre nuevo florecimiento de la Escuela, a la que enviamos nuestros mejores votos. Sabemos que están presentes también algunos miembros de la célebre y veneranda Fábrica del Duomo de Milán, también para ellos un cordial saludo y una especial bendición.



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