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VIAJE APOSTÓLICO A ALEMANIA
22-25 DE SEPTIEMBRE DE 2011

SALUDO A LA CIUDADANÍA

DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Münsterplatz de Friburgo de Brisgovia
Sábado 24 de septiembre de 2011

 

Queridos amigos:

Os saludo a todos con gran alegría y os agradezco la cordial acogida que me habéis dispensado. Tras los hermosos encuentros en Berlín y Erfurt, me alegra estar ahora con vosotros en Friburgo, a la luz y el calor del sol. Doy las gracias especialmente a vuestro querido Arzobispo Robert Zollitsch por su invitación —ha insistido tanto que, al final, he debido decir: he de ir verdaderamente a Friburgo— así como por sus amables palabras de bienvenida.

“Donde está Dios, allí hay futuro”; así reza el lema de estas jornadas. Como Sucesor del Apóstol Pedro, al que el Señor encomendó en el cenáculo precisamente el encargo de confirmar a los hermanos (cf. Lc 22,32), vengo con gusto a estar con vosotros en esta bella ciudad para rezar juntos, proclamar la Palabra de Dios y celebrar juntos la Eucaristía. Os pido que recéis para que estos días sean fructíferos, de modo que Dios confirme nuestra fe, fortalezca nuestra esperanza y acreciente nuestro amor. Que en estos días lleguemos a ser nuevamente conscientes de lo mucho que Dios nos ama y de que Él es verdaderamente bueno. Por eso hemos de estar llenos de confianza de que Él es bueno para con nosotros, tiene un  poder bueno y nos lleva en sus manos; a nosotros y a todo lo que mueve nuestro corazón y es importante para nosotros. Y queremos ponerlo conscientemente en sus manos. En Él, nuestro futuro está asegurado. Él da sentido a nuestra vida y puede llevarla a plenitud. El Señor os acompañe en la paz y os haga mensajeros de su paz. Gracias de corazón por la acogida.



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