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VISITA DE SU BEATITUD TEOCTIST,
PATRIARCA DE LA IGLESIA ORTODOXA RUMANA

PALABRAS DE BIENVENIDA
DEL PAPA JUAN PABLO II

Lunes 7 de octubre de 2002

 

Tengo la alegría de dar la bienvenida al Patriarca ortodoxo de Rumanía, Su Beatitud Teoctist, y a los ilustres componentes de su delegación, que lo acompañan a Roma para una visita que inicia hoy. Su Beatitud el Patriarca acaba de llegar, y he querido que su visita comenzara en el marco de esta audiencia general, en presencia de tantos fieles, que han venido de todas las partes del mundo.

Beatitud y querido hermano, usted realiza esta visita animado por mis mismos sentimientos y mis mismas expectativas. Encontrarnos de nuevo ante la tumba de los apóstoles san Pedro y san Pablo es signo de nuestra voluntad común de superar los obstáculos que impiden aún el restablecimiento de la comunión plena entre nosotros.

También la visita actual es un acto purificador de nuestras memorias de división, de confrontación a menudo encendida, de acciones y palabras que han llevado a dolorosas separaciones. Sin embargo, el futuro no es un túnel oscuro y desconocido. Ya está iluminado por la gracia de Dios; la luz vivificante del Espíritu proyecta ya un reflejo consolador sobre él. Esta certeza no sólo prevalece sobre todo desaliento humano, sobre el cansancio que a veces frena nuestros pasos; sobre todo, nos convence de que nada es imposible para Dios, y de que, por tanto, si somos dignos, nos concederá también el don de la unidad plena.

Queridos fieles aquí presentes, encomiendo a vuestras oraciones la visita a Roma de Su Beatitud Teoctist, y deseo de corazón que encuentre en todos los que lo reciban en mi nombre los mismos sentimientos con los que yo lo acojo hoy. Ojalá que estos días alimenten nuestro diálogo, fortalezcan nuestras esperanzas y nos hagan más conscientes de lo que nos une, de las raíces comunes de nuestra fe, de nuestro patrimonio litúrgico, de los santos y de los testigos que tenemos en común. Que el Señor nos haga experimentar una vez más cuán hermoso y dulce es invocarlo juntos.


Después del saludo del Patriarca Teoctist, el Santo Padre respondió con las siguientes palabras: 

Damos las gracias a Su Beatitud el Patriarca, cuya  visita comienza hoy y le deseamos una feliz semana en Roma. Queremos ofrecer a Vuestra Beatitud una gran hospitalidad entre nosotros. Las personas que participan en este primer encuentro son los miembros del Opus Dei. Han venido para dar gracias por la canonización de su fundador, Escrivá de Balaguer. Creo que están muy contentos. Al final de la audiencia, quieren encontrarse una vez más con Vuestra Beatitud. Muchas gracias; muchas gracias.



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