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PEREGRINACIÓN DE PABLO VI A BOMBAY

PALABRAS DEL SANTO PADRE
AL PUEBLO DE ROMA
DESDE AL VENTANA DE SU ESTUDIO


Sábado 5 de diciembre de 1964

 

Hijos queridísimos:

No sabemos cómo daros las gracias. No es una acogida puramente honorífica la que acabáis de tributarnos. Nos la acogemos como una prueba de fidelidad y de adhesión a nuestro ministerio, que se ha prodigado en estos días en proporciones geográficas y étnicas tan amplias y tan nuevas. El saber que vosotros vivís con Nos, rezáis con Nos, pensáis con Nos, deseáis con Nos, sufrís con Nos, nos consuela mucho más porque debéis saber que estas nuevas, grandes aventuras del Reino de Dios acrecientan enormemente nuestros deberes, nuestras fatigas y también, sin duda, los sacrificios que acompañan siempre al servicio de Cristo y de la cruz.

Tenemos necesidad de consuelo, tenemos necesidad de hijos fieles, tenemos necesidad de oír que Roma es realmente cristiana y católica y que vosotros, como esta tarde, seréis siempre nuestros hijos. Que el Señor os conforte. Alegraos porque os anunciamos que la fraternidad humana tiene cada vez más amplios confines, que el Evangelio ha abierto caminos nuevos, que hemos encontrado en nuestro recorrido y por donde hemos pasado millones de almas buenas, inocentes, quizá, en su tributo de entusiasmo y de homenaje, Pues bien; rogad por estos hermanos, posibles o actuales; rogad por el mundo; para ser hoy cristianos, fieles es preciso tener el corazón muy grande, corazón abierto, corazón que adquiera las proporciones del corazón de Cristo, es decir, que ama a todos los hombres porque todos son hijos de Dios. Así, vosotros con Nos y con nuestra bendición...

 



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