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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LA ASOCIACIÓN DE GUÍAS Y SCOUTS CATÓLICOS ITALIANOS
(AGESCI)

Plaza de San Pedro
Sábado 13 de junio de 2015

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Queridos amigos de la AGESCI , ¡buenos días!

Os agradezco que hayáis venido en gran número de todas las regiones de Italia para formar esta presencia festiva en la plaza de San Pedro. Saludo al jefe scout y la jefa guía, al consiliario eclesiástico general, a los lobatos y lobeznas, a los exploradores y guías, a los rovers y escultas, con las comunidades jefes y los sacerdotes asistentes.

Os diré una cosa —pero, ¡no os enorgullezcáis!—: sois una parte valiosa de la Iglesia en Italia. ¡Gracias! Quizá los más pequeños entre vosotros no se den cuenta, pero espero que los más grandes sí. En particular, ofrecéis una contribución importante a las familias en su misión educativa con los niños, los muchachos y los jóvenes. Los padres os los confían porque están convencidos de la bondad y la sabiduría del método scout, basado en los grandes valores humanos, en el contacto con la naturaleza, en la religiosidad y la fe en Dios; un método que educa en la libertad con responsabilidad. Esta confianza de las familias no se tiene que decepcionar. Y tampoco la de la Iglesia: deseo que os sintáis siempre parte de la gran comunidad cristiana.

El año pasado, en agosto, os llamé por teléfono cuando estabais reunidos en el pinar de San Rossore. ¿Os acordáis? Habíais hecho una gran ruta nacional, como decís vosotros. Y habéis escrito la «Carta de la valentía». Esta «Carta» expresa vuestras convicciones y aspiraciones, y contiene una fuerte petición de educación y escucha dirigida a vuestras comunidades jefes, a las parroquias y a la Iglesia en su conjunto. Este pedido también concierne al ámbito de la espiritualidad y de la fe, que son fundamentales para el crecimiento equilibrado y completo de la persona humana.

Una vez, cuando alguien le preguntó a vuestro fundador lord Baden Powell, «¿dónde entra la religión [en el escultismo]?», respondió que «la religión no tiene necesidad de “entrar”, porque siempre ha estado dentro. No hay un lado religioso del movimiento scout y un lado no… En conjunto se basa en la religión, es decir, en la toma de conciencia de Dios y en su servicio» (Discurso a una conferencia de comisionados scouts y guías, 2 de julio de 1926, en: L’educazione non finisce mai, Roma 1997, p. 43). Y esto lo dijo en el año 26.

En el ámbito de las asociaciones scouts a nivel mundial, la AGESCI  está entre las que invierten más en el campo de la espiritualidad y la educación en la fe. Pero todavía hay que trabajar mucho para que todas las comunidades jefes comprendan su importancia y saquen sus conclusiones.

Sé que tenéis momentos formativos para los jefes sobre el acercamiento a la Biblia, incluso con métodos nuevos, poniendo en el centro el relato de la vida vivida en relación con el mensaje del Evangelio. Me congratulo con vosotros por estas buenas iniciativas, y deseo que no se trate de momentos esporádicos, sino que se inserten en un proyecto de formación continua y amplia, que penetre hasta el fondo en el tejido asociativo, haciéndolo permeable al Evangelio y facilitando el cambio de vida.

Hay una cosa que me preocupa particularmente respecto a las asociaciones católicas, y también a vosotros quiero hablaros de ella. Asociaciones como la vuestra son una riqueza de la Iglesia que el Espíritu Santo suscita para evangelizar todos los ambientes y sectores. Estoy convencido de que la AGESCI  puede aportar a la Iglesia un nuevo fervor evangelizador y una nueva capacidad de diálogo con la sociedad. Por favor: ¡capacidad de diálogo! Construir puentes, construir puentes en esta sociedad donde existe la costumbre de hacer muros. Construid puentes, ¡por favor! Y con el diálogo, construid puentes. Pero esto sólo puede suceder con una condición: que cada uno de los grupos no pierda el contacto con la parroquia del lugar, donde tiene su sede, pero que en muchos casos no frecuenta porque, aun prestando allí su servicio, proviene de otras zonas. Estáis llamados a encontrar el modo de integraros en la pastoral de la Iglesia particular, estableciendo relaciones de estima y colaboración en todos los niveles, con vuestros obispos, con los párrocos y los otros sacerdotes, con los educadores y los miembros de las demás asociaciones eclesiales presentes en la parroquia y en el mismo territorio, y no os contentéis con una presencia «decorativa» el domingo o en las grandes ocasiones.

En la AGESCI  hay muchos grupos que ya están plenamente integrados en su realidad diocesana y parroquial, que saben valorar la oferta formativa propuesta por las comunidades parroquiales a los muchachos, a los jovencísimos, a los jóvenes, a los adultos, frecuentando, junto con otros coetáneos, los grupos de catequesis y formación cristiana. Lo hacen sin renunciar a lo que es específico en la educación scout. Y el resultado es una personalidad más rica y más completa. Si estáis de acuerdo, vamos adelante así.

Os doy las gracias a todos: lobatos, lobeznas, exploradores y guías, rovers y escultas, comunidades jefes y sacerdotes asistentes. Os acompaño con mi oración, pero también os pido que recéis por mí.

¡Buen camino a todos vosotros!

 



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